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Un reportaje de la Revista Integración, sobre este espacio que presta a niños, niñas y adolescentes del municipio refuerzo educativo y apoyo especializado, además de una educación centrada en valores

El Centro de Día de Menores Besay, dependiente del Área de Acción Social del Ayuntamiento de Tegueste, presta atención a niños, niñas y adolescentes del municipio, ofreciéndoles refuerzo educativo y apoyo especializado, además de una educación centrada en valores. Un espacio que recientemente ha sido reformado con el fin de adaptar sus instalaciones: con esta reforma se han modernizado los diferentes espacios, adaptándolos a las necesidades diarias de los niños, niñas y adolescentes que cada día acuden a este centro. Un importante recurso para el municipio, que es uno de los catorce en Canarias reconocido como Ciudad Amiga de la Infancia. 

Así lo ha constatado la alcaldesa de la Villa de Tegueste, Ana Rosa Mena, que destaca el  compromiso de la Corporación en esta materia. “Trabajamos cada día para y por los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes”. 

Desde la Concejalía de Acción Social, su responsable Érika Hernández, también reconoce que “los derechos infantiles son una prioridad, por lo que seguiremos trabajando y potenciando acciones que cumplan con esos objetivos”.

El Centro de Día Besay permite la supervisión diaria de los niños, niñas y adolescentes teguesteros, reduciendo y evitando factores que provocan las situaciones de desprotección infantil que ponen a los menores en riesgo de exclusión social. Los esfuerzos del área de Acción Social del Ayuntamiento de Tegueste, van dirigidos en facilitar a los adolescentes los recursos y sobre todo el apoyo que necesitan en estas edades tempranas para poder desarrollarse correctamente.

Las actuaciones realizadas se combinan con recomendaciones y la colaboración de sus familias, para mejorar así la atención que prestan a sus hijos e hijas, convirtiéndose en un apoyo a los padres y madres en las facetas de su educación en la que encuentran las mayores dificultades. Se podría definir al Centro de Día Besay como un recurso social de apoyo a las familias, que por diferentes situaciones no disponen de los recursos suficientes para cubrir las necesidades de sus hijos e hijas. 

El centro se encuentra en El Portezuelo, una ubicación idónea para que los menores puedan acudir tras su jornada en los centros escolares. Además, este recurso de la atención primaria de Servicios Sociales, cuenta con un horario adaptado a las necesidades de los padres y madres, dando acogida a los menores de lunes a viernes desde las 12:00 horas hasta las 19:00 en temporada lectiva y entre las 8:30 y las 14:30 en periodos vacacionales.

El personal del centro, compuesto por educadores, técnicos de animación sociocultural e integradores sociales, tiene capacidad para dar servicio a menores de entre 3 y 17 años, ayudando así a esas familias que no pueden cubrir plenamente sus necesidades de cuidados, supervisión y educación.

El proyecto está dirigido a atender prioritariamente a aquellos niños, niñas y adolescentes, que suelen tener mayores dificultades de acceso a los recursos comunitarios debido a su situación de desprotección. Para esto tiene unos claros criterios de aceptación, entre los que destacan la colaboración familiar. Principalmente, se busca que las familias sean conscientes de las necesidades y problemas que tienen y se muestren dispuestos a colaborar con los Servicios Sociales y con el propio Centro de Día. 

Además, las familias que no pueden cubrir adecuadamente las necesidades básicas de sus menores, consiguen llegar a unos estándares mínimos con la ayuda del Centro. Entre los posibles usuarios y usuarias de este servicio, también se encuentran familias, que por modelos educativos erróneos, situaciones de crisis o una formación intelectual limitada, no pueden brindar un desarrollo adecuado a sus hijos e hijas.

Gracias a esta integración de diferentes perfiles, los adolescentes pueden desarrollarse de una manera óptima socialmente, teniendo consciencia de las diferentes problemáticas que pueden sufrir los adolescentes y educándoles para evitar la discriminación, además de generando unos valores que le permitan integrarse por completo en la sociedad, independientemente de sus dificultades familiares.

Un centro con estas condiciones siempre es un patrimonio significativo para un municipio como Tegueste y así lo entiende la responsable de Acción Social, Érika Hernández. “Es un recurso importante para el municipio, no solo por el refuerzo educativo que se da, sino también por el trabajo que se hace en valores y la atención a las familias. También se reúne a los responsables de los menores y se les forma desde el ámbito de menores (Infancia y Familia) y se coordina con los tutores de los diferentes cuatro colegios y el instituto del municipio para que el refuerzo educativo esté en línea con los contenidos planteados en cada curso. Ese es el trabajo que realizan las educadoras y las animadoras sociales con las que contamos en el centro”, explica Hernández.

Además, el centro hace una importante función en la faceta académica de los menores. En este sentido, Hernández hace hincapié en la educación y los valores que se le brinda al menor, “a través del área de Acción Social, se trabaja en el entorno educativo y en valores con los niños y adolescentes que vienen de familias, algunas desestructuradas y otras vulnerables, que no pueden pagar un refuerzo educativo con profesores particulares”.

El Centro tiene como principales objetivos, crear un entorno seguro y enriquecedor para los niños, brindarles una atención adecuada a sus necesidades básicas y atender de forma especializada los efectos de la desprotección de los menores, pero también se busca promover hábitos y habilidades que faciliten la integración de los niños, niñas y adolescentes y ayudarles a mejorar su relación con el entorno social y comunitario.

En ocasiones, los entornos desestructurados en las familias, terminan provocando que los más pequeños tengan problemas a la hora de integrarse socialmente, es por ello, que las diferentes actividades desarrolladas en el centro, intentan corregir esta problemática. Impulsar el desarrollo físico, promover el trabajo con sus familias o reforzar sus acritudes y aptitudes sociales, son una herramienta fundamental en este aspecto.

Talleres de Animación a la lectura, talleres de cocina, de psicomotricidad y expresión corporal o actividades lúdico-deportivas son algunas de las actividades que se desarrollan en el centro, herramientas que fomentan el trabajo y los valores,  teniendo en cuenta siempre la temática trimestral que se esté trabajando en los centros educativos en ese momento. 

Un buen ejemplo del trabajo realizado con los menores en estos talleres ha sido el concierto que ofreció el alumnado adolescente del Centro de Día Besay en colaboración con la Escuela de Percusión de la compañía PIELES. 

Con el Teatro Príncipe Felipe como escenario, un total de 13 alumnos y alumnas hicieron disfrutar a sus familias con una actuación musical, muestra del trabajo realizado en las clases de percusión llevadas a cabo en el centro. 

“Un reto para ellos y ellas que ha sido muy emocionante también para mi. Me he llegado a emocionar con las vivencias de este grupo de adolescentes y con todo los bonitos ratos que hemos compartido durante las clases de percusión”, señaló el director de dicho taller, Jonathan Rodríguez. 

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